¡Hola queridos lectores! ¿Cómo os va tratando la vida? Yo, como siempre, me encuentro en medio de un stress constante. No me preguntéis cómo lo hago, pero siempre ando de un lado para otro y si no es una cosa es otra y si no es una persona es otra. Pero bueno, lo llevo sobrellevando como puedo hahaha.
Bien, como siempre, siento el retraso. Pero oye mira por donde no hace tanto que no actualizo hahaha. Os cuento, mis notas de febrero han sido estupendas: tres sobresalientes (francés, traducción y español) y dos notables (inglés y terminología). No me quejo, la verdad. La ansiada M.H. no llega aunque no es algo que me quite el sueño.
Por otro lado, el nuevo semestre ha empezado fuerte. Fuerte de todo. TODO. Nuevas asignaturas, nuevos profesores, nuevas pilas, nuevos erasmus.... Creo que es el primer semestre en el que ya tengo tantos trabajos. Además, hay algunas asignaturas que no pintan bien. Sobre todo Gramática Normativa. Dios santo, ¡qué lío! Creo que debo centrarme y ver que tengo que hacer, por qué ando superperdida la verdad.
¿El título de mi entrada? Siempre con esos títulos tan misteriosos que explico a mitad de la entrada.... Me vas cogiendo el estilo, ¿no? Si es que soy muy predecible. Pues verás, en unos pocos días, es (POR FIN) la subasta de plazas para Erasmus. Estoy nerviosa. Muy nerviosa. No sé que va a ser de mi el año que viene. Y añádele que todo el mundo habla de esa reunión con un esoterismo inaudito, como si fuese algo prohibido del que todos hablan pero nadie define. Tengo la esperanza de que todo salga bien, coja el destino que quiero y el año que viene por estas fechas os escriba desde tierras inglesas... Ais, que nervios.
Creo que por ahora tengo que ir contando. La próxima entrada será en breve y en ella os diré donde me voy. Será entonces cuando cuente lo que pasa por este corazoncito cuando piensa en el año que viene, que ahora me tengo que poner a trabajar.
Un beso dulce lector, seas quien seas (L).
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